viernes, 20 de octubre de 2017

Agricultura de secano

La agricultura de secano es aquella en la que el agricultor no contribuye a regar la tierra, sino que utiliza únicamente el agua que proviene de la lluvia. Y ustedes dirán o se preguntaran ¿a que viene esta definición o aclaración? Hace ya 3 años que no publico nada y tenia la necesidad de seguir escribiendo mis experiencias en agricultura ecológica.

Además he cambiado la agricultura urbana (en terraza) por la agricultura en el campo, gracias a la cesión de tierras abandonadas, por parte de personas desinteresadas que han tenido la amabilidad de cederlas para poder cultivar y que yo he querido recuperar.

Cuento con tierra suficiente para plantar aunque con la peculiaridad de no tener agua, sino depender única y exclusivamente del agua de la lluvia. He optado por plantas que desde hace ya décadas se han cultivando en la zona, en especial la papa (Solanum tuberosum L.). A la hora de elegir la variedad de papa he tenido en cuenta no solo las características meteorológicas de la zona, en especial en lo que se refiere a las lluvias, irregulares desde septiembre a mayo, con periodos de sequía, pero también de lluvias fuertes en cortos periodos de tiempo, típico del clima canario) sino también la experiencia de agricultores de la zona.

Cultivo de papa variedad cara
Comienzo mi andadura con mucha ilusión y elijo para ello la variedad de papa cara, especie importada pero resistente a la sequía y sobretodo a las enfermedades comunes de este tubérculo, de las que ya hablaré en otras publicaciones. En los primeros años el cultivo fue bien, pocas enfermedades y cosechas que sorprenden. Enero es el mes adecuado para la siembra, es la denominada en Canarias como siembra de papa temprana o veranera. Suelo sembrar un saco de 25 kilos del cual obtengo unos 13 sacos aproximadamente del mismo peso, nada mal teniendo en cuenta las escasas lluvias de estos años.

También he apostado por las variedades tradicionales de papas locales. Algunas de estas variedades son descendientes directas de la papa americana, lugar de donde procede este tubérculo. En su exportación a Europa pasaron primero por Canarias, donde se lograron adaptar y evolucionar adquiriendo características propias.

Entre las 18 variedades antiguas que posee la isla de Tenerife, elegí la que llama papa negra o negra yema de huevo (Solanum chaucha). He intentado conseguir la variedad que llaman torrenta o terrenta, que según las fuentes y los agricultores del lugar, es la que se siembra en la zona, aunque aún no la he conseguido. 

Según José de Viera y Clavijo, en su diccionario de historia natural, 1866: “las primeras papas nos las trajo del Perú don Juan Bautista de Castro, por el año de 1622. Este señor las hizo sembrar en sus tierras de Icod del Alto”. Manuel Lobo Cabrera, en su obra El comercio canario europeo bajo Felipe II, 1988, cita que ya en los años 1567 y 1574 (siglo XVI)se embarcaban papas desde Gran Canaria y Tenerife, hacia Amberes y Ruán.

Los meses de verano, junio, julio y agosto, cesa la actividad, no llueve, y por tanto es imposible cultivar. En el mes de septiembre cuando es ya posible que comience a llover, he apostado por sembrar pequeñas papas de la variedad cara que me sobran de cosecha anterior, y también de papa yema de huevo. Es un riesgo, aún así y gracias a las lluvias, no siempre tan abundantes, he logrado cosechar unos cuantos kilos para navidad, tanto de papa tradicional como papa cara.

Ahora ya nos encontramos inmersos en el periodo de siembra de este año, a la espera de las necesarias lluvias.











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