Hace mes y medio decidí cultivar unas
semillas de rábanos que un amigo me había
regalado.
El rábano es la primera hortaliza que te recomiendan a la hora de iniciarte como agricultor urbano en macetas. La siembra es directa, sin necesidad de realizar un semillero previo. En unos días comienzan a brotar las primeras plantas y al mes o mes y medio los podemos cosechar.
Del rábano se aprovecha no solo el fruto sino también las hojas. El fruto, por ejemplo, se puede utilizar como ingrediente a nuestras ensaladas.
Unos días después de poner las semillas en tierra comenzaron a germinar. Las semillas se colocan a 1 o 2 cm de profundidad y a una distancia entre surcos de unos 5 cm. Yo puse dos semillas por surco para asegurarme. Germinaron todas, por lo que tuve que realizar un aclareo volviendo a sembrar las plantitas que había arrancado y que por suerte también se desarrollaron bien. En la imagen se pueden ver los rábanos junto a unas matas de judías.
Unas tres semanas después las plantas presentaban este aspecto, aunque los gusanos se están poniendo las botas con sus hojas por lo que recurrí a un tratamiento, siempre ecológico, de bacillus thuringiensis. El riego ha de ser regular y solo se necesita un tiesto de 1 litro de volumen.
Hojas dañadas por los gusanos.
El lunes 27 de mayo cosecho mi primer rábano. No sabía la variedad, pero consultando en internet se trata del rabanito medio largo rojo de punta blanca. Dejaré alguna planta para que florezca y así conseguir semillas.
El rábano es la primera hortaliza que te recomiendan a la hora de iniciarte como agricultor urbano en macetas. La siembra es directa, sin necesidad de realizar un semillero previo. En unos días comienzan a brotar las primeras plantas y al mes o mes y medio los podemos cosechar.
Del rábano se aprovecha no solo el fruto sino también las hojas. El fruto, por ejemplo, se puede utilizar como ingrediente a nuestras ensaladas.
Unos días después de poner las semillas en tierra comenzaron a germinar. Las semillas se colocan a 1 o 2 cm de profundidad y a una distancia entre surcos de unos 5 cm. Yo puse dos semillas por surco para asegurarme. Germinaron todas, por lo que tuve que realizar un aclareo volviendo a sembrar las plantitas que había arrancado y que por suerte también se desarrollaron bien. En la imagen se pueden ver los rábanos junto a unas matas de judías.
Unas tres semanas después las plantas presentaban este aspecto, aunque los gusanos se están poniendo las botas con sus hojas por lo que recurrí a un tratamiento, siempre ecológico, de bacillus thuringiensis. El riego ha de ser regular y solo se necesita un tiesto de 1 litro de volumen.
Hojas dañadas por los gusanos.
El lunes 27 de mayo cosecho mi primer rábano. No sabía la variedad, pero consultando en internet se trata del rabanito medio largo rojo de punta blanca. Dejaré alguna planta para que florezca y así conseguir semillas.
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